Los metales aletargados aún están vivos, siguen transpirando a través del óxido de su piel, sólo esperan su oportunidad, encontrar un mejor lugar donde mostrar su fuerza contenida.
Mi proyecto, mi misión se basa en intervenir y reinterpretar, sin perder su esencia, el pasado de esas bellezas abandonadas, ennoblecer esos metales respetando el paso del tiempo, en definitiva, dignificar dichos objetos a través de mi visión del ensamblaje.
Aperos, útiles y herramientas teñidas por la pátina del tiempo son ahora ensamblados sin alteración alguna y se transforman en otra materia para reconstruirse como fortalezas que se reencarnan como nuevos guerreros y surgen nuevas especies.